sábado, 21 de diciembre de 2013

Dos cometas sobrevolarán Mercurio

15 de noviembre de 2013: ¡Qué casualidad! El 18 y 19 de noviembre, no uno sino dos cometas sobrevolarán el planeta Mercurio.
“Esta es una coincidencia única”, dice Ron Vervack, un astrónomo del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins (Johns Hopkins University Applied Physics Lab, en idioma inglés) y miembro del equipo científico de la nave espacial MESSENGER (MErcury Surface, Space ENvironment, GEochemistry and Ranging, en idioma inglés o Superficie, Ambiente espacial, Geoquímica y Cálculo de la Distancia de Mercurio, en idioma español), de la NASA, “y una oportunidad de oro para estudiar a dos cometas que pasan cerca del Sol”.
El 18 de noviembre, el cometa Encke pasará dentro de las 0,025 UA de Mercurio, seguido un día después por el cometa ISON, a 0,24 UA (1 UA, o Unidad Astronómica, es la distancia que hay entre el Sol y la Tierra, 150 millones de kilómetros). La nave espacial MESSENGER, que está orbitando Mercurio, apuntará sus sensores en la dirección en que pasen los cometas con el fin de investigarlos de cerca.

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 Un nuevo video de ScienceCast adelanta cómo se vería este raro encuentro doble entre Mercurio y dos cometas, el 18 y 19 de noviembre, aproximadamente a las 5:30 de la mañana, hora oficial del Este. Reproducir el video
 
El doble sobrevuelo es emocionante, afirma Vervack, pero “hace que todo se torne algo loco. Tenemos que apurarnos para terminar nuestras observaciones del cometa Encke, y luego debemos volver a hacer todo eso en relación con el cometa ISON. Todo sucede más o menos al mismo tiempo”.
La nave MESSENGER fue diseñada con el fin de estudiar a Mercurio, no a los cometas, “pero es una nave muy especial que posee muchas cualidades, con un paquete de instrumentos versátiles”, agregó. “Esperamos obtener información importante”. Los espectrómetros ubicados a bordo analizarán la composición química de los dos cometas mientras que las cámaras de la nave MESSENGER tomarán fotografías de atmósferas, chorros y colas.
 
 
El cometa ISON ya es favorito en los medios. Algunos astrónomos lo han estado siguiendo desde septiembre del año 2012, cuando fue descubierto en una trayectoria que lo llevaría peligrosamente cerca del Sol. El 28 de noviembre de 2013, que es el Día de Acción de Gracias en Estados Unidos, el cometa ISON pasará a través de la atmósfera del Sol, a algo más que un millón de kilómetros por encima de su feroz superficie. Si el cometa cubierto de hielo sobrevive, podría emerger como un hermoso objeto que deleite a quienes observen a simple vista en el hemisferio norte. El avistamiento del cometa ISON a medida que se adentra en la atmósfera del Sol, por parte de la nave MESSENGER, podría proporcionar datos que los astrónomos necesitan para predecir el destino del cometa.

Por su parte, el cometa Encke es menos conocido, pero no menos interesante. Por un lado, es la fuente de la lluvia de meteoros Táuridas, que despliega un lento espectáculo de bolas de fuego en la medianoche, todos los años, desde comienzos hasta mediados de noviembre. El cometa Encke se sumerge en la órbita de Mercurio cada 3,3 años, de modo que está regularmente expuesto a la actividad solar. En el año 2007, la nave especial STEREO, de la NASA, observó cuando una tormenta solar arrancaba la cola de Encke (la que volvió a crecer rápidamente): Reproducir película (insert link)
“Detectaremos al cometa Encke apenas algunos días antes de su máximo acercamiento al Sol (0,3 UA)”, dice Vervack, “así que lo veremos cuando esté más activo”.

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 Las primeras imágenes de los cometas que se acercan, tomadas por la nave especial MESSENGER (conteos instrumentales). Imagen ampliadaDetalles
 
Irónicamente, el hecho de que la nave MESSENGER está diseñada para estudiar un planeta rocoso demostró ser ventajoso para observar cometas cubiertos de hielo. El espectrómetro de rayos X de la nave MESSENGER, en particular, pudo detectar signos de “polvo cometario”.

“Esperamos obtener las primeras detecciones definitivas de emisiones de rayos X de silicio, magnesio y aluminio”, explica el científico. “Si pensamos en un cometa como una bola de nieve en polvo, estos son elementos que componen el polvo. Cerca del Sol es donde esperamos que ese polvo se vaporice”.
En total, Vervack espera que la nave MESSENGER reúna 15 horas de datos sobre el cometa Encke y otras 25 horas de datos sobre el cometa ISON. Con esa clase de tiempo de observación, hay muchas posibilidades de realizar descubrimientos.

Vervack afirma que las primeras imágenes serán recibidas y dadas a conocer a los pocos días de ocurridos los sobrevuelos. “No hay garantías”, advierte, “pero no veo la hora de ver las fotografías”.

sábado, 14 de diciembre de 2013

La “hora mágica” para observar los meteoros Gemínidas

13 de diciembre de 2013:Mientras que el aire del ártico y el frío que bate récords se extienden por Estados Unidos, los astrónomos aficionados observan sus calendarios con cierta inquietud. Hay una fecha marcada: 14 de diciembre. Y, debajo, dice: “Despertarse a las 4 de la madrugada para presenciar la lluvia de meteoros Gemínidas”.

“Va a hacer frío (en el hemisferio norte)”, dice Bill Cooke, de la Oficina de Medio Ambiente de Meteoroides (Meteoroid Environment Office, en idioma inglés), de la NASA: “Pero esa es la mejor hora para ver la lluvia de meteoros Gemínidas de 2013”.

Un nuevo video de ScienceCast anticipa la lluvia de meteoros Gemínidas de 2013. Reproducir el video (en idioma inglés) 
 
Las Gemínidas aparecen todos los años a mediados de diciembre cuando la Tierra pasa a través de una corriente de escombros del cometa rocoso “3200 Faetón” (3200 Phaethon, en idioma inglés). Generalmente, más de 100 meteoros por hora emergen del radiante en la constelación de Géminis, cuando la lluvia alcanza su pico, el 13 y 14 de diciembre.
Sin embargo, hay un problema. Este año, una luna casi llena reducirá la cantidad de meteoros visibles de 2 a 3 veces. La mayor parte del pico de la lluvia se verá afectada por el brillo lunar. La mayor parte, pero no todo.

“Hay una ‘hora mágica’ de buena visibilidad justo antes de la madrugada del sábado 14 de diciembre”, dice Cooke. “La Luna se oculta alrededor de las 4 de la madrugada. El tiempo de oscuridad entre las 4 de la madrugada y la salida del Sol es un fantástico momento para observar meteoros”.
El viernes 13, Cooke mantendrá una conversación en vivo sobre las Gemínidas a través de Internet. Él y sus colegas Danielle Moser y Rhiannon Blaauw, de la Oficina de Medio Ambiente de Meteoroides, colaborarán para responder preguntas desde las 11 de la noche hasta las 3 de la madrugada (EST – hora oficial del Este). Asimismo, transmitirán imágenes en vivo del cielo sobre el Centro Goddard para Vuelos Espaciales (Marshall Space Flight Center, en idioma inglés). Cooke espera ver docenas de Gemínidas durante la transmisión.

“La lluvia de meteoros Gemínidas es la lluvia de meteoros más intensa del año”, destaca Cooke. “Tiene una gran cantidad de bolas de fuego y se la puede ver desde prácticamente cualquier punto de la Tierra. Ni siquiera una Luna brillante arruinará por completo el espectáculo”.

Es más, la corriente de escombros del cometa rocoso 3200 Faetón es extensa, de modo que la lluvia está bastante activa en todo su recorrido desde el 12 hasta el 16 de diciembre. “Si se pierde la hora mágica el sábado por la mañana, intente observar alguna de las noches siguientes”, recomienda Cooke.
Independientemente de la noche que elija, en el hemisferio norte, las Gemínidas serán frías. Así que abríguese y disfrute del espectáculo.

domingo, 8 de diciembre de 2013

A un cometa rocoso le brota una cola

27 de noviembre de 2013: Durante mucho tiempo, los astrónomos han estado desconcertados respecto de una lluvia de meteoros.
Cada año, a mediados de diciembre, el cielo se llena de destellos de luz que emanan de la constelación de Géminis. Las Gemínidas son rápidas, brillosas y confiables. Nunca dejan de aparecer y muchos observadores las cuentan y las consideran los meteoros más atractivos del año.
¿Pero de dónde vienen? Ese es el enigma.
 Bueno… hasta ahora.
Un grupo de astrónomos dirigido por Dave Jewitt, de la UCLA, ha estado utilizando las sondas STEREO (Solar Terrestrial Relations Observatory, en idioma inglés u Observatorio de las Relaciones Terrestres y Solares, en idioma español), de la NASA, con el fin de observar de cerca a 3200 Faetón cuando pase cerca del Sol. Las naves espaciales gemelas fueron diseñadas para monitorizar la actividad solar, de manera que logran una buena vista de los cometas rasantes del Sol y de los asteroides. En el año 2010, una de las sondas STEREO registró la duplicación del brillo de Faetón a medida que se acercaba al Sol; como si la luz solar brillara a través de una nube de polvo localizada alrededor del asteroide. Los observadores comenzaron a sospechar que 3200 Faetón era algo nuevo:
“Un cometa rocoso”, dice Jewitt. Un cometa rocoso es, esencialmente, un asteroide que se acerca mucho al Sol; se acerca tanto que el calor solar quema los residuos polvorosos que cubren su superficie rocosa. Esto podría formar una especie de cola de grava.
De hecho, en posteriores observaciones llevadas a cabo por la sonda STEREO, desde 2009 y en 2012, Jewitt junto con los colegas Jing Li, de la UCLA, y Jessica Agarwal, del Instituto Max Planck, detectaron una pequeña cola que sobresalía por detrás de la “roca”.
“La cola brinda evidencia irrefutable de que Faetón eyecta polvo”, dice Jewitt.
El equipo de trabajo de Jewitt cree que el polvo es eyectado por la fractura térmica de la corteza del asteroide. Un proceso relacionado, que recibe el nombre de “fractura por desecación” (como cuando el lodo se agrieta en el lecho de un lago seco), también puede desempeñar un importante papel.
El hecho de ver que 3200 Faetón produce una cola, aunque sea pequeña, da confianza a los investigadores de que Faetón es en verdad el origen de las Gemínidas; pero todavía queda un misterio por resolver: ¿Cómo puede una protuberancia tan pequeña y gorda producir una lluvia de meteoros tan impresionante?
Mediante la suma de toda la luz que vio la sonda STEREO en la cola de Faetón, Jewitt y sus colegas estiman que posee una masa combinada de alrededor de 30.000 kilogramos. Uno podría pensar que eso significa un montón de meteoroides pero, de hecho, se trata de un orden de magnitud demasiado pequeño como para sostener la masiva corriente de escombros de las Gemínidas.
Quizás Faetón experimentó un “gran evento” en el pasado reciente. “La analogía en la que pienso es un leño en una fogata”, dice Jewitt. “El leño se quema, produce unas pocas brasas pero, en ciertas ocasiones, despedirá una lluvia de chispas”.
La monitorización continua por parte de las sondas STEREO, de la NASA, algún día podría captar al cometa rocoso despidiendo una lluvia de polvo y escombros, lo que resolvería el misterio de una vez por todas.
Hasta entonces, este es un enigma para deleitarse bajo las estrellas. La lluvia de meteoros de las Gemínidas de este año tendrá su punto máximo las noches del 13 al 14 de diciembre, con docenas de “meteoros del cometa rocoso” por hora. Abríguese, si vive en el hemisferio norte, y disfrute del espectáculo.