El actual ciclo solar es más débil que lo usual; de modo que, en
consecuencia, podríamos esperar un sencillo encuentro. Pero, por el
contrario, los pasillos y las salas de reuniones bullían con entusiasmo
por una intensa tormenta solar que estuvo a punto de tocar la Tierra.
“Si hubiera tocado tierra, todavía estaríamos recogiendo los
pedazos”, dice Daniel Baker, de la Universidad de Colorado, quien
presentó la charla “El Principal Evento de Erupción Solar en Julio de
2012: Definiendo los Escenarios del Clima Espacial Extremo” (The Major Solar Eruptive Event in July 2012: Defining Extreme Space Weather Scenarios,en idioma inglés).
En un nuevo video de ScienceCast se relata el paso cercano de una supertormenta solar, en julio de 2012. Reproducir el video, en idioma inglés
Se denominó Evento Carrington a una serie de ponderosas EMC que
golpearon la Tierra de frente, en septiembre del año 1859,
desencadenando así auroras boreales tan al sur como en Tahití. Las
intensas tormentas geomagnéticas hicieron que las líneas telegráficas
del mundo sacaran chispas, incendiando así algunas oficinas telegráficas
y también inhabilitando la ‘Internet victoriana’. En la actualidad, una
tormenta similar podría tener un efecto catastrófico sobre las redes de
energía eléctrica modernas y sobre las redes de telecomunicaciones.
Según un estudio llevado a cabo por la Academia Nacional de Ciencias
(National Academy of Sciences, en idioma inglés), el impacto económico
total podría exceder los 2 billones de dólares o 20 veces más que los
costos del huracán Katrina. Podría tomar años reparar los
transformadores, de grandes toneladas, calcinados por una tormenta como
esa y eso afectaría la seguridad nacional.
Un reciente artículo publicado en Nature Communications y
escrito conjuntamente por Janet G. Luhmann, una especialista en física
espacial, de la Universidad de California, Berkeley, y por Ying D, un ex
postdoctorado, describe qué es lo que confirió su potencia a la
tormenta de julio de 2012, la cual fue similar al Evento Carrington. Por
un lado, la EMC fue, en verdad, dos EMCs separadas por
solamente 10 a 15 minutos. Esta nube de tormenta doble viajó a través de
una región del espacio que había sido “limpiada” por otra EMC apenas
cuatro días antes. Como resultado, las EMC no fueron desaceleradas tanto
como es usual por su tránsito a través del medio interplanetario.
Un informe llevado a cabo por la Academia Nacional de Ciencias
detalla las consecuencias de las tormentas solares extremas. Más información
Si la erupción hubiera ocurrido apenas una semana antes, el sitio
de la explosión hubiera estado apuntando hacia la Tierra, en vez de
hacerlo hacia el costado; de modo que escapamos de la tormenta por poco.
Cuando el Evento Carrington envolvió la Tierra en el siglo XIX,
las tecnologías de la época no eran muy sensibles a las alteraciones
electromagnéticas. Por otro lado, la sociedad moderna depende mucho de
las tecnologías sensibles al Sol, como los GPS (Global Positioning
System, en idioma inglés, o Sistema de Posicionamiento Global, en idioma
español), las comunicaciones satelitales e Internet.
“El efecto de una tormenta como esa sobre nuestras tecnologías modernas sería tremendo”, dice Luhmann.
Durante debates informales que tuvieron lugar en el taller, Nat
Gopalswamy, del Centro Goddard para Vuelos Espaciales (Goddard Space
Flight Center, en idioma inglés), destacó que “sin las sondas STEREO, de
la NASA, podría haber sucedido que nunca conociéramos la intensidad de
la supertormenta que se produjo en el año 2012. Esto demuestra el valor
de tener ‘boyas para el clima espacial’ ubicadas alrededor del Sol”.
Asimismo, esto destaca la potencia del Sol incluso durante las
llamadas “épocas de calma”. Muchos observadores han notado que el ciclo
solar actual es débil, quizás el más débil en 100 años. Claramente,
hasta un ciclo solar débil puede producir una tormenta muy fuerte.
Baker dice: “Tenemos que estar preparados”.
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